«¿Fotos de boda? Seguro que toca posar«. Pues nada más lejos de la realidad. Aquí no va de fingir, va de vivir el momento como sois, sin artificios ni tensiones.
Mi trabajo es capturar lo que realmente importa: esas miradas de complicidad, las risas que surgen sin aviso y los abrazos que lo dicen todo. Alguna foto juntos habrá, claro, pero el verdadero protagonista será vuestro día, tal y como lo viváis.
Lo mejor es que os olvidaréis de que llevo una cámara en la mano, y cuando veáis las fotos, os transportarán directamente a ese día, con todas las emociones y la felicidad a flor de piel. ¡De eso se trata!
Igual que hicieron ellos…